Nací en un pueblo pequeño, en Soria, donde la vida era dura por la escasez y la falta de medios. Mi niñez fue triste, siempre me sentí una niña distinta a los chicos del pueblo.
Muy mimada y protegida, no se me permitía jugar en la calle como lo hacían los niños de mi edad. Quería salir al campo, buscar nidos, tirar piedras, jugar con barro, correr por las calles… Para mis padres todo era un peligro constante y yo no lo aceptaba. Por eso lloraba y gritaba sin motivo aparente. Pero era positiva y me gustaba vivir; soñaba con príncipes y princesas, y escribía cuentos e historias que nunca compartía con nadie.
Cuando me jubilé tuve la ocasión de seguir escribiendo en un taller de escritura creativa, en el Centro Cívico del Sector 3 de Getafe (Madrid).
Me encanta hacerlo. Echo de menos la facilidad con la que escribía en mi niñez y me pesa la falta de imaginación de ahora. Pero seguiré haciéndolo con mucha ilusión y agradezco a Mercedes, mi profesora, sus enseñanzas y su paciencia con todos nosotros.
Textos de Victoria Vadillo en LíbereLetras
Construimos la realidad narrándola